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Mostrando entradas de febrero, 2011

Philippe Jaroussky: una cometa en el viento.

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Y en cambio no podía ser de otra manera. Le vi completamente sólo en el lobby de un hotel, sin acompañante, sin fans acosadores o tímidos mirones. Los recepcionistas tampoco le adulaban. Simplemente reinaba el silencio, la inmovilidad del tiempo que tantas veces él nos regala con su voz. Yo le hubiera dicho precisamente eso, que como Tiffany’s a Holly Golightly, su voz me hace sentir que nada malo me puede suceder, ni a mi, ni a nadie. Siempre que la voz de Philippe Jaroussky flote, me acaricie el pelo y entorne mis ojos, las nubes grises de mis días se desvanecerán. Y las de todo el mundo que le escuche. Había aterrizado en Bruselas el 17 de abril de 2009 para ver la opera Lucia di Lammermoor en La Monnaie esa misma tarde y al día siguiente cumpliría con ese anodino instinto que tenemos muchos españoles de no dejar de visitar en la vida la ciudad belga de Brujas. Pues apenas apoyé mi trolley en la pequeña habitación de mi hotel franquicia española, la guía de eventos sobre el es