Nube torpe y añil
Yo-Yo Ma toca la Cello Suite #5 In C Minor de Bach y me doy cuenta de que sin duda vuelo como un chelo, pesada, como arrastrando hojas de otoño arañando el suelo,
como una gota de lluvia llora sobre la ventana, lentamente engordando su barriga,
temblorosa, negándose a precipitar,
como un nubarrón cargado de lluvia que
vaga por el cielo,
torpe y añil.
Me aferro al embozo de la sábana y lo aprieto en un puño.
torpe y añil.
Me aferro al embozo de la sábana y lo aprieto en un puño.
Tú también me acompañas como una nube,
a veces delicada seda que me acaricia como si yo fuera una
luna sorprendida,
a veces negra amenazando con borrarme violentamente, ¡qué me
parta un rayo!,
a veces algodonosa.
Entonces, me sumerjo y me duermo en ti.
Pero me despierto con el cabello húmedo y mi nariz silba como el
llanto de un perro.
En mi vagar en la noche he visto
Entonces, me sumerjo y me duermo en ti.
Pero me despierto con el cabello húmedo y mi nariz silba como el
llanto de un perro.
En mi vagar en la noche he visto
una manos lisas con unas uñas redondeadas como cantos de un
arroyo,
el verde pantano de tus ojos,
el color cerveza del vello de tus antebrazos,
una vena que corre en horizontal por tu brazo
-¿extraviada, dónde irá?-,
-¿extraviada, dónde irá?-,
el pliegue de tu sonrisa...entonces he resbalado en
lágrimas.
Lo sabía, soy una nube cargada de agua.
No, no quiero ver cosas bonitas nunca más.
Todas me recuerdan a ti.
Todas me recuerdan a ti.
Mi estrella, me niego a aceptar que eres luz de algo que
murió.
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